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   Cómo Trae Dios a las Personas a la Salvación



'Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero' - Jn 6:44

Este verso apunta al soberano trabajo de Dios que lleva a las personas a Jesucristo, y por el contexto de Juan 6, las personas evidentemente creen en Él para salvación eterna. Algunos piensan que este verso enseña que Dios trae a las personas de tal forma que ellos no se pueden resistir. Ellos entienden la palabra traer como arrastrar. Pero ¿Dios forzaría Su salvación en las personas en contra de su voluntad? ¿Es la gracia de Dios irresistible? Este pasaje, su contexto, y otras Escrituras nos ayudan a entender que Dios lleva a las personas a creer en Cristo en varias formas.

Dios usa la habilidad del hombre para responder. Esto no minimiza la soberanía de Dios, pero reconoce que Él soberanamente diseñó al hombre para que tenga libre albedrío lo que le permite responder a Dios (Vea Apuntes de Gracia no. 72 para un comentario relacionado con la elección). Ya que la Biblia enseña que el hombre no busca a Dios por sí mismo (Ro 3:11), Dios debe de tomar la iniciativa. Él se revela a Sí mismo en la creación, y aunque el hombre conoce esto, aun así rechaza honrar a Dios (Ro 1:19-21). Entonces, Dios en Su amor, nos busca (Lc 19:10; Jn 3:16; 1 Jn 4:9-10). Pero ¿Cómo debemos de entender el uso de la palabra traer en Jn 6:44? El rango del significado de la palabra elkuo incluye llamar, jalar, o atraer. Esta se encuentra cinco veces en el Nuevo Testamento, cuatro de estas es en Juan. Aunque el uso literal que usa Juan y Hechos claramente significa sacar o jalar (Jn 18:10; 21:6; Hch 16:19) los dos usos figurativos en Jn 6:44 y 12:32 se entienden mejor como atraer. El contexto nos muestra porqué, En Juan 6, se habla de la vida eterna como un regalo que se recibe al creer en Cristo (6:27-29, 32-35, 40, 47, 51). La idea de un regalo supone la libertad de recibir o rechazar el amor de Dios (Jn 3:16). Esto es consistente con la traducción al griego del Antiguo Testamento (Septuaginta) que algunas veces usa elkuo en un contexto de atracción amorosa: 'Con amor eterno te he amado' (Jer 31:3; también vea Cnt 1:3-4). En otra literatura griega antigua, este verbo se usa para describir a una madre atraída por amor a sus hijos (4 Macabeos 14:13; 15:11). La idea de Dios forzando a alguien irresistiblemente es contraria a Su amorosa naturaleza y estilo. Ningún hombre que se va a casar va a forzar a su pareja a casarse, al contrario la corteja y la ama para que vaya voluntariamente. De la misma manera Dios no fuerza a las personas a ir en la dirección que ellos no querían ir. Su atracción en el verso 44 es en el contexto de aquellos que voluntariamente creyeron (vv. 40, 47, 65). La voluntad de Dios no excluye la voluntad y la libertad del hombre para responder, sino que la incluye. Si el hombre no tiene esta libertad, entonces ¿por qué Dios judicialmente ciega a los judíos o usa lenguaje de parábolas para esconder Su verdad? Sería como poner una venda en los ojos de un muerto.

Dios usa la obra de Jesús en la cruz. Jesús explicó su papel en la atracción de las personas a Sí mismo en la salvación: 'Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir' (Jn 12:32-33 - En la traducción al inglés se añade la palabra hombres o personas para aclarar la palabra todos). 'Todos' puede hablar de la extensión de la obra de Cristo proveyendo para todas las personas, ambos judíos y gentiles. O puede hablar de todas las personas entendiendo que mientras todos son traídos hasta cierto punto, algunos se van a resistir y rechazar creer en Él. De cualquier manera, esto no habla de coacción, sino jalar moralmente a la persona interior. La cruz es prueba del amor de Dios, de nuestro pecado, Su justicia, y del juicio venidero (Jn 16:8-11). Una referencia similar a Cristo siendo levantado se encuentra en Jn 3:14-15 refiriéndose a la historia en Nm 21:4-9 en donde aquellos que miraron a la serpiente de bronce en la estaca fueron sanados. En ambos pasajes, la provisión de la salvación está disponible para aquel que cree.

Dios usa la Palabra para enseñar. Las enseñanzas de la Palabra de Dios están diseñadas para atraer a las personas a Cristo. Siguiendo Jn 6:44, los versos 45-46 dicen: 'Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí'. La cita de Is 54:13 es en el contexto de Dios cortejando a Israel de regreso a Sí mismo como una mujer o esposa es cortejada (Is 54:6). El proceso es: Dios enseña, las personas escuchan y aprenden, y entonces las personas responden al venir a Cristo para salvación (En Juan, la frase 'venir a' Cristo obviamente se refiere a venir a Él en fe para salvación; cf. Jn 5:40; 6:35, 37, 65; 7:37). Sólo aquellos que han escuchado y aprendido creen. Una actitud receptiva hacia la Palabra de Dios siempre es recompensada con más verdad (Mc 4:24-25). Muchos, sin embargo, van a rechazar la verdad acerca de Cristo así como muchos rechazaron las enseñanzas de Moisés (Jn 5:45-47; cf. Lc 16:27-31) y así como hizo la multitud en Juan 6 sin importar que vieron un gran milagro y que escucharon al más grande Maestro. También sabemos que Judas Iscariote fue constantemente enseñado por Jesús, aun así evidentemente él nunca creyó (Jn 6:64). Hoy, el Evangelio es poder de Dios para salvación (Ro 1:16). Mientras lo enseñamos y lo predicamos, este atrae a Cristo a aquellos que lo escuchan y lo aprenden.

Dios usa al Espíritu Santo para convencer. De acuerdo con Jn 16:8-11, el Espíritu Santo convence de verdad (elegcho se puede también entiende como exponer): 'Y cuando él [Espíritu Santo] venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio'. Mientras que Cristo atrae a los hombres a través de Su obra en la cruz, el Espíritu expone y convence a todos ('al mundo') de esa verdad tal como la enseña la Palabra de Dios. El Espíritu usa persuasión divina para convencer, reprobar, molestar, atraer, y amar a una persona. Pero eso no garantiza que todos los que son convencidos de la verdad la van a recibir. Una persona puede entender la verdad, y aun así rechazarla (Jn 5:39-40). Pero cualquiera que responde positivamente y busca a Dios será recompensado (Heb 11:6).

Dios usa personas como instrumentos. Dios ha escogido usar personas como agentes para enseñar la Palabra de Dios que es lo que usa el Espíritu Santo para convencer al mundo. Además de Su obra en la cruz, Jesús también enseñó el evangelio. El Apóstol Pablo les recuerda a la iglesia de los corintios que la primera cosa que él les hizo saber fue el evangelio (1 Cor 15:3). El razona con los romanos: '¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?' (Ro 10:14).

Dios atrae a las personas a Cristo confabulando y usando estos diferentes métodos; ellos no están en conflicto uno con el otro. Antes de que Jesús hable del Padre atrayendo en Jn 6:44, Él dice dos vece que el Padre le da a las personas a Él (vv. 37, 39). El contexto sugiere que el Padre le da a las personas a Cristo para que ellas estén seguras - en v. 37 Cristo nunca los va a echar fuera, y en v. 39 Cristo no va a perder ninguno sino garantiza su resurrección. En los versos 40 y 44 Él también garantiza su resurrección. Pero antes de ese día, v. 40 explica que el Padre le ha dado a Cristo a las personas para que puedan 'ver al Hijo' y creer en Él para vida eterna. Entonces aquí está la confabulación de la obra soberana de Dios dirigiendo a las personas hacia Jesús para que ellos puedan creer en Él para salvación. Un buen ejemplo de Dios atrayendo a alguien con varios métodos es la historia acerca de Lidia Hch 16:13-15. Lidia va a la reunión de oración (¿Ella es atraída por su propia iniciativa o la de Dios - o ambas al mismo tiempo?) y escucha a Pablo enseñar (el evangelio). Leemos: 'el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía' (v. 14). Dios obró, Pablo enseñó el evangelio, el Espíritu convenció, y Lidia respondió al creer y también se bautizó.

Conclusión

Dios no fuerza Su salvación en nadie. Él usa varios medios para atraer a las personas para que respondan con fe en Jesucristo. Si las personas tienen que ser atraídas a la salvación porque ellas no tienen la habilidad de creer, ¿Cómo puede ser alguien responsable de no creer? Su condenación sería la culpa de Dios, no de ella. Ultimadamente, nuestra búsqueda de Dios es nuestra respuesta a Su búsqueda de nosotros. Debemos por lo tanto predicar el evangelio del regalo gratuito de Dios de la vida eterna dependiendo en el Espíritu Santo para convencer a las personas de esa verdad y traerles a Cristo.


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