¿Qué Tal el 'Cristiano' que No Vive Como Tal?

Todos conocemos a alguien que se llama a sí mismo Cristiano, pero que no actúa como tal. Los Cristianos batallan con qué pensar acerca de estas personas. ¿Cuál sería su conclusión acerca de los siguientes ejemplos y cómo podría ayudar a esta gente?

Ejemplo 1 - El esposo de Lisa no muestra ninguna evidencia de ser Cristiano. Mark le dijo a ella que él pasó al frente en una iglesia y se bautizó cuando era joven. Inclusive él fue llamado a predicar una vez. Cuando Mark creció, él fue maestro de Escuela Dominical, pero él no tiene ningún interés en la iglesia o en las cosas espirituales. Lisa está verdaderamente molesta de que Mark se siga considerando a sí mismo Cristiano cuando él no tiene ningún interés por las cosas espirituales. Ella no sabe si él es salvo o no.

Ejemplo 2 - Jessica, la hija de Rob y Donna de diecisiete años, está teniendo algunos problemas de disciplina en la casa y en la escuela. Ellos sabían que parte del problema eran unos malos amigos que tomaban alcohol y usaban drogas. Rob y Donna la convencieron de ir a un retiro de la iglesia en donde Jessica levantó su mano como respuesta a una invitación del evangelio y habló con el pastor esa tarde. Rob y Donna se pusieron muy contentos, porque parecía que sus oraciones habían sido contestadas. Inclusive Jessica se involucró con el grupo de jóvenes y fue a un viaje misionero de verano a México. Todo eso duró menos de un año. Jessica empezó a ver a sus viejos amigos otra vez y después tuvo que entrar a un centro de rehabilitación por su adicción a la heroína. Rob y Donna estaban tan seguros de que ella era salva, pero ahora sólo están confundidos.

Ejemplo 3 - Jim les dijo a sus vecinos, Craig y Karla que supuestamente son Cristianos, que él no era Cristiano. Ellos lo llevaron a la iglesia una vez y después le dijeron que necesitaba hacerse Cristiano creyendo en Jesucristo. Pero después de ver sus vidas Jim concluyó que no tiene nada que ganar - por lo menos en este mundo. Él mira a Craig y a Karla que llevan a sus hijos a la iglesia un par de veces al mes, pero raramente se quedan con ellos. Él sabe que Craig engañó a Karla el año pasado y que ella le hace fraude a su jefe al inflar su cuenta de gastos. Parece que Craig ama más a la cerveza y al fútbol que a su esposa y a sus hijos, y la gritería en casa no hace otra cosa que comprobarlo. La única diferencia que ve Jim entre su vida y la de ellos es que él tiene más tiempo que ellos para ir a pescar los domingos.

Opción no Válida - Ellos perdieron su salvación. Aunque algunos Cristianos pueden creer que estos ejemplos muestran verdaderos Cristianos que perdieron su salvación, nosotros vamos a rechazar esto por la clara enseñanza de que la salvación es eterna y segura (Jn 10:28-30; Ro 8:29-39). Para los que profesan haber nacido-de-nuevo como Cristianos y que han caído de lo que se espera de la vida Cristiana, hay otras opciones más bíblicas para explicar su comportamiento desde la perspectiva de la gracia.

Opción 1 - Ellos nuca fueron verdaderamente salvos. Tal vez ellos realmente nunca entendieron los puntos del mensaje del evangelio acerca del trabajo de Cristo en la cruz en su lugar. O tal vez ellos no entienden la respuesta de fe que se requiere de ellos, Ellos pudieron hacer un tipo de 'decisión' o repitieron una oración, pero o fue basada en falsa información, o bajo presión, o por un impulso emocional en lugar de las bases bíblicas. Es útil hacerle a esas personas unas preguntas de 'diagnostico' como, 'Si usted muriera hoy, y Dios le pregunta '¿Por qué debo dejarte entrar en Mí cielo?' ¿Qué le diría a Él?' Su respuesta va a revelar de qué están dependiendo para entrar al cielo, o para tener vida eterna.

Opción 2 - Ellos son en verdad Cristianos que tienen que madurar en su caminar Cristiano. Uno espera que los nuevos Cristianos experimenten un periodo de crecimiento en que se alejen de sus viejos hábitos y sus tendencias mundanas para tener un nuevo estilo de vida. La duración de este periodo de crecimiento puede variar, pero se espera que se desarrolle un notable nivel de madurez Cristiana. A estas personas se les debe de proveer una enseñanza bíblica y una motivación bíblica acerca de la gracia, las recompensas y de cómo ser útiles para el propósito de Dios.

Opción 3 - Ellos son verdaderos Cristianos que están luchando con un pecado. Debido a sus hábitos pasados, adicciones, y personalidad algunos Cristianos luchan con las tentaciones de pecados específicos y a veces caen. Ellos pueden ser Cristianos de mucho tiempo e inclusive mostrar algún crecimiento y cambio en otras áreas de sus vidas. Sin embargo, ellos tienen un pecado que los acosa y que los esclavizó antes de su salvación, tal vez desde su juventud. A ellos les cuesta mucho trabajo romper la poderosa influencia que tiene en una área de sus vidas. Esto puede ser cierto para los que fueron adictos al alcohol, drogas, o sexo por ejemplo. Estos creyentes necesitan ayuda para entender el poder de la Palabra de Dios y del Espíritu para ayudarles a negar esos viejos deseos de la carne y vivir de acuerdo con los nuevos deseos del Espíritu. Ellos necesitan la ayuda del Espíritu para desarrollar nuevos hábitos que reemplacen los viejos.

Opción 4 - Ellos son Cristianos 'reincidentes'. Estos son verdaderos Cristianos que han decidido vivir de una manera mundana. Algunos pudieran negar esta opción si la persona permanece en pecado por mucho tiempo. De cualquier manera, muchos van a admitir que los Cristianos pueden tomar decisiones pecaminosas y vivir vidas centradas en el yo. A semejantes creyentes se les tiene que decir que se arrepientan de su pecado, que aprecien la gracia que se les dio en su salvación, y que vivan para honrar esa gracia. A ellos se les necesita recordar que existen consecuencias para aquellos que se alejan, ambas temporal (la disciplina de Dios) y eterna (perdida de recompensas).

Al final, sólo Dios, y tal vez la persona en cuestión, sabe de verdad si aquellos que se llaman a sí mismos Cristianos pero que no actúan como tal son verdaderamente salvos. Todo lo que nosotros podemos hacer es asegurarnos de que ellos entiendan el evangelio y la gracia de Dios que representa, y exhortarles o instruirles a la rectitud. Si ellos son verdaderos creyentes, ellos tendrán que dar cuentas ante el Tribunal de Cristo de cómo vivieron sus vidas (Ro 14:10-12; 2 Cor 5:10).