¿Puede un Cristiano Ser del Diablo? 1 Juan 3:8, 10

8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.

10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.

Aquellos que cuidadosamente lean 1ª Juan van a notar que él hace uso del contraste absoluto: luz/tinieblas, conocen a Dios/no conocen a Dios, ama a su hermano/odia a su hermano, vida/muerte, Cristo/anticristo. Algunos encuentran particularmente difícil el contraste de los hijos de Dios/los hijos del diablo. ¿A quiénes se les llama 'hijos del diablo'? ¿Existe alguna manera en la que un Cristiano puede ser 'del diablo', o que eso sólo se refiera a personas no-salvas?

Cualquier estudio de los detalles de 1ª Juan debe de empezar con el estado espiritual de los lectores y el propósito de la epístola. Es claro que los lectores eran Cristianos, aún en el contexto inmediato de los pasajes que estamos considerando. En 3:10 se dice de uno que 'no es de Dios' porque no ama a 'su hermano'. Sólo los Cristianos tienen hermanos espirituales. También está claro que el propósito de Juan al escribirles es mejorar el compañerismo de los lectores, Dios, y el círculo Apostólico (1:3-4), y no proponer exámenes por medio de los cuales los lectores puedan conocer si son salvos eternamente (Esto se comentó en detalle en Apuntes de Gracia no. 39).

Si este pasaje está diciendo que aquellos que pecan son del diablo y no son salvos, entonces todos los Cristianos profesantes son no-salvos, porque todos los Cristianos pecan. Esto se pone en claro en 1:7-10. Algunos traductores han cedido a sus sistemas teológicos para traducir el tiempo presente del verbo poieo (hacer) en el verso 8 como 'practica el pecado' como si Juan se estuviera refiriendo sólo al pecado habitual (así como ellos también traducen el verbo pecar, hamartano, en el verso 9 como 'practica el pecado' o 'continúa pecando'. Vea NIV, DHH, NBD, TLA). Esto pudiera demandar que los creyentes impusieran una sutil forma de interpretación en el tiempo presente que no es normal ni evidente en el texto (Este argumento aplica al tiempo presente de 3:6, 7, y 9 que se comentaron en Apuntes de Gracia no. 59). La interpretación habitual del tiempo presente presenta asuntos problemáticos de subjetividad acerca de cuánto pecado, qué clase de pecado, y qué tan seguido puede uno pecar, lo que hace de la interpretación del examen-de-la-salvación un desastre para cada Cristiano que es del todo introspectivo.

Las Escrituras nos recuerdan que los Cristianos pecan y pueden ser capaces inclusive de asesinar (Stg 4:2; 1 Pe 4:15).

Al usar este contraste, Juan está distinguiendo dos diferentes fuentes del comportamiento del Cristiano. Él hizo eso en 3:9 en donde el creyente en su persona regenerada no puede pecar porque Jesucristo no puede pecar. Esto significa que debe venir de algún otro lado, que ultimadamente es el diablo quien 'peca desde el principio' (3:8). Fue el diablo el que engañó al hombre para que pecara causando que ahora el hombre tenga una naturaleza pecaminosa. El pecado es contrario al propósito de Jesucristo que fue destruir las obras del diablo. Satanás y Cristo son totalmente opuestos en sus propósitos y caracteres. Cuando un creyente hace lo correcto, él manifiesta su naturaleza divina dada por Dios (3:9), pero cuando él peca, él manifiesta su naturaleza inspirada por Satanás (3:8, 10). La palabra 'hijos' (tekna) en referencia a Dios o al diablo no se usa biológicamente como en una relación genética pero se usa para aquellos que tienen características derivadas de otra persona, esto es, un tipo o clase de personas (Se usa de esta manera en Mt 11:19/Lc 7:35; Ga 4:31; Ef 2:3; 5:8; 1 Pe3:6.). Juan simplemente está apuntando hacia el origen de las acciones del creyente.

El ejemplo de Caín asesinando a Abel en el verso 12 es una ilustración física de esta verdad espiritual. No es una declaración acerca de si Caín era salvo o no; sólo muestra que la acción de Caín fue inspirada por su envidia hacia Abel que ultimadamente fue inspirada por el diablo (quien 'ha sido homicida desde el principio' Jn 8:44). De la misma manera, cuando Jesús le dijo a Pedro: '¡Quítate de delante de mí, Satanás!' (Mt 16:23), Él estaba revelando la fuente del regaño de Pedro hacia Cristo por lo que Pedro demostró que él estaba representando el propósito de Satanás, no el de Dios. El Apóstol Pablo escribió que un creyente puede ser tomado cautivo por Satanás para hacer su voluntad (2 Tm 2:26; Compare Hch 5:3). Stg 3:15-17 muestra que existen dos tipos de fuentes de las que escoge el creyente, una que es demoníaca (de Satanás) y la otra que es de lo alto (de Dios). La perspectiva del Nuevo Testamento es clara: A veces el creyente puede hacer el trabajo del diablo.

Los Cristianos pecan, y cuando ellos lo hacen, sus acciones deben de estar generadas por la influencia del diablo, no de la de Dios. El pecado no prueba que uno no es un Cristiano, sólo que está representando al diablo y su voluntad. Un Cristiano se muestra a sí mismo como hijo del diablo o 'del diablo' al hacer la voluntad del diablo y sus obras. Es un examen fútil y dañino tratar de examinar la salvación de uno o tratar de probar que uno no es salvo por la realidad del pecado de la vida de uno. El único examen de la salvación que da 1ª Juan es si uno ha creído en y posee a Jesucristo, el Hijo de Dios (5:1, 11-13). Este es el único examen que mantiene al evangelio de la gracia totalmente libre de cualquier mérito por el desempeño humano.