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   Tú Eres Salvo, Si Permaneces Hasta el Fin 1 Corintios 15:1-2



1 Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; 2 por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano - 1 Cor 15:1-2

Para muchas personas este pasaje parece que les da la salvación, y luego se las quita. Esto implica que el evangelio nos salvó, pero después no continúa salvándonos a menos que 'retenéis la palabra'. Otros usan este pasaje para decir que los creyentes pueden perder su salvación. Otros dicen que esto muestra que algunos que eran considerados creyentes probaron ser falsos creyentes porque ellos no se mantuvieron en el evangelio. Ninguno de estos puntos de vista satisface los detalles del pasaje en el contexto.

Lo que pasó, está pasando, puede pasar

Aunque algunos en la iglesia de Corinto estaban empezando a negar la resurrección de Cristo, por el pasaje es muy claro que Pablo está seguro acerca de la posición de ellos: 'recibisteis' y 'creísteis' el evangelio que les ha predicado (el tiempo pasado denota una acción completada) y ellos ahora 'perseveráis' en ese evangelio (el tiempo perfecto denota una acción en el pasado con resultados continuos). Su perseverancia se refiere a la justificación posicional, la cual es incuestionable y fue afirmada anteriormente: 'ya habéis sido justificados' (1 Cor 6:11). No hay duda de que en la carta Pablo se está dirigiendo a los corintios como a genuinos creyentes (vea 1 Cor 1:2, 4, 9; 3:16; 4:14; 6:15, 19-20; 11:1; 12:13). Sin embargo, el tiempo presente de: 'sois salvos' claramente depende de la condición 'si retenéis la palabra que os he predicado' refiriéndose al evangelio. ¿Esto significa que los lectores pueden perder su salvación o prueba que ellos nunca fueron verdaderamente salvos si no 'retenéis la palabra'?

Estás siendo salvos

El punto de vista acerca de que Pablo les está diciendo a los lectores que ellos pueden perder su salvación o desaprobar su salvación viene de la definición rígida de 'sois salvos' como salvación del infierno. La definición básica de 'salvos' es liberación o preservados, y se usa en la Biblia para liberación de un sin número de cosas (enfermedad, muerte, enemigos, peligro, pecado). Esto requiere que nos preguntemos '¿Librados de qué?'. Como lo muestra la carta a los corintios, esos creyentes tienen muchos problemas de pecado de los que ellos necesitan ser librados.

La secuencia de los pensamientos es importante: Pablo les predicó el evangelio, los corintios lo recibieron, y ellos ahora perseveran en ello. Lo que les falta es experimentar la salvación en un sentido continuo, por eso Pablo usa el tiempo presente 'sois [, estáis siendo,] salvos'. Si Pablo estuviera hablando del infierno, él hubiera hablado más naturalmente de su salvación final 'seréis salvos'.

Si la retenéis

La experiencia continua de la liberación del pecado en la vida del creyente tiene una condición: Uno debe de retener el evangelio. Esto no es un supuesto logro o una condición hipotética, sino algo real (la condición de primera clase del griego no justifica la traducción de 'si' como 'ya que'). El verbo de 'retenéis' (katecho) se usa en el Nuevo Testamento en relación con la experiencia de la santificación del Cristiano (vea Lc 8:15; 1 Ts 5:21; Heb 10:23). Pablo está diciendo que los corintios deben continuar siguiendo la verdad del evangelio que ellos aprendieron para que experimenten sus efectos satisfactorios. Esta no es una condición para la salvación eterna, pero una condición real de la santificación. Por lo tanto es posible que los creyentes no retengan el evangelio. El Nuevo Testamento muestra que los creyentes pueden no perseverar o no retener la verdad (1 Tm 5:14-15; 6:20-21; 2 Tm 1:5; 2:17-18, 24-26; 4:9-10, 14-16).

El evangelio y sus resultados

Basado en el evangelio que él les predicó y que recibieron (creyeron), Pablo puede decir que los corintios 'perseveran' en su salvación. Su posición es segura, sin embargo su experiencia de ser liberados (salvos) por la provisión del mismo evangelio depende de que ellos sigan en su verdad. Por eso es que Pablo les recuerda el evangelio que les ha predicado en los versos 3-4: 'Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras'. Este es el mismo evangelio que él 'recibió' antes en su ministerio (Ga 1:11-12; 2:16), les 'predicó' en su primera visita (Hch 18:1-8), y ya les explicó anteriormente en la epístola (1 Cor 1:17-21; 2:5).

Entonces, la palabra salvos se está usando para describir la experiencia de vivir externamente las verdades del evangelio que se centran en la muerte y resurrección de Jesucristo. La muerte y resurrección de Jesucristo no sólo es la base para la salvación del infierno de uno, también es la base de la identidad de uno, y la experiencia como Cristiano. En Romanos 6:2-5 Pablo nos enseña que la unión del creyente con Cristo es la base para una vida de victoria sobre el pecado. Como Cristo murió y resucitó, también aquellos que están en Él han muerto al pecado y han resucitado con Él para caminar en una nueva vida.

Nadie puede ser liberado del pecado a menos que continúe identificándose con la muerte y resurrección de Cristo enseñada en el evangelio. Esto es lo que Pablo quiere decir con 'si retenéis la palabra que os he predicado'. Cualquier defecto en el evangelio, o en nuestra identificación con Cristo en Su muerte y resurrección va a resultar en una experiencia Cristiana defectiva. En otras palabras, si los Cristianos no continúan asiéndose al evangelio que Pablo predicó, 'creísteis en vano' porque su fe inicial en el evangelio no va a producir una experiencia santificadora en ellos, lo que es uno de los resultados esperados. El término 'en vano' significa de balde. Esto se usa en el Nuevo Testamento para describir algo que no alcanza el objetivo esperado; nunca se usa para cuestionar la realidad de la acción relacionada con el objetivo (por ejemplo, vea 1 Cor 15:10, 58). Si los corintios niegan la resurrección de Cristo, ellos no pueden ser liberados de su vida pecaminosa, lo que hace que su fe inicial en el evangelio se quede corta sin lograr el objetivo deseado de su santificación.

Conclusión

No es de extrañarse que Pablo haga del evangelio su prioridad: 'Primeramente os he enseñado' 1 Cor 15:3. Debemos de tener el evangelio correcto para ser salvos (del infierno), pero también debemos de tener el evangelio correcto para seguir siendo salvos (del pecado). La liberación que Dios quiere para nosotros no sólo es de la culpa del pecado (nuestra justificación), sino también del poder del pecado (nuestra santificación) y de la presencia del pecado (nuestra glorificación). Como Cristianos, es crucial que entendamos qué significa estar unidos con Jesucristo en Su muerte y resurrección. Si mantenemos el evangelio correcto, nuestro caminar también será correcto. El evangelio que nos salva inicialmente es el mismo evangelio que nos mantiene salvos y ultimadamente el evangelio que nos salva - ¡y todo eso por la gracia de Dios!


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