¿La Gracia Gratuita Enseña Licencia para Pecar?

Aquellos que enseñamos que la gracia es absolutamente gratuita algunas veces somos acusados de enseñar el libertinaje y/o el antinomianismo. El libertinaje es creer que el Cristiano puede hacer cualquier cosa que uno quiera, incluyendo pecar, sin tener consecuencias negativas. El antinomianismo es creer que no existen reglas para la vida Cristiana.

Enseñar que la gracia es gratuita significa enseñar que no existe ninguna forma para ganar, obtener, merecer, o trabajar por la gracia. En la salvación, esto significa que la vida eterna o la salvación eterna no se pueden ganar, obtener, merecer, o trabajar por ellas de ninguna manera. Por lo tanto, aquellos que enseñan la gracia gratuita en la salvación rechazan cualquier condición de mérito, obras, o desempeño que se le adjunte al evangelio en ambos su oferta y en los resultados de la nueva vida. Esto es, la salvación no se puede obtener con nuestro desempeño, ni se puede retener con nuestro desempeño.

Cuando enseñamos que no existe nada que una persona pueda hacer para obtener o mantener la salvación eterna, algunos nos acusan de hacer irrelevante las buenas obras o la conducta fiel, y por eso dicen que enseñamos el libertinaje y/o antinomianismo. La acusación suena como: '¿Estas enseñando que una persona que ha creído en Cristo Jesús puede hacer cualquier cosa que desee y seguir siendo salvo? El evangelio demanda obediencia y una vida que esté gobernada por las leyes de la Biblia. Una persona que no es obediente o que practica el desenfreno nunca fue o no puede seguir siendo salvo'.

Semejante acusación es buena en un sentido. Es una evidencia de que estamos enseñando la gracia tal y como se define bíblicamente - absolutamente gratuita. Ser acusados de enseñar libertinaje o antinomianismo no es algo nuevo; el Apóstol Pablo evidentemente fue acusado de eso mismo cuando enseño que los Cristianos no estaban 'bajo la ley, sino bajo la gracia' (Ro 6:14; cf. 6:1 y 15), así que estamos bien acompañados.

La iglesia inicial peleó en contra de los que trataron de añadir las Leyes del Antiguo Testamento como un principio para la salvación eterna y la vida Cristiana (Hch 15; Ro 3-4; Ga 2-5). Pero la iglesia inicial también peleó en contra de aquellos que pervertían la gracia en una licencia para pecar. (Ro 3:8; 6:1-23; 1 Cor 6:12; 10:23; Ga 5:13-26; 2 Pe 2:18-19; Jud 4). Aquellos que enseñan la gracia gratuita en el sentido bíblico enseñan que los Cristianos ya no están bajo la Ley del Antiguo Testamento y ellos también se oponen al libertinaje.

Este es una declaración del Apóstol Pablo (Ro 6:14). Él quiso decir que ya que Cristo cumplió la Ley del Antiguo Testamento (Ro 10:4; Ga 3:19-25), no tenemos que satisfacer sus mandamientos para obtener la salvación eterna o para vivir la vida Cristiana.

Esto no quiere decir que estamos sin ninguna ley. El Nuevo Testamento habla de una nueva ley para los Cristiano, la ley de Cristo, algo que es un eco de las Leyes del Antiguo Testamento (1 Cor 9:21; Ga 6:2). Pero a diferencia de la Ley del Antiguo Testamento, es 'la [...] ley [...] de la libertad' (Stg 1:25; 2:12) la cual está escrita en nuestros corazones (Heb 8:10). El cargo de antinomianismo sólo se aplica a alguien que rechaza todas las leyes, las del Viejo Pacto y del Nuevo Pacto.

Bajo la gracia nosotros cumplimos la ley de Cristo al caminar de acuerdo con el Espíritu Santo (8:1-11) o al caminar en el Espíritu (Ga 5:16-25).

Primero. Por definición la gracia es absolutamente gratuita. Poner alguna condición para obtenerla o mantenerla contradice a la gracia misma. La gracia condicionada a nuestro desempeño cesa de ser gracia, entonces no hay otra manera de enseñar la gracia excepto que esta es absolutamente gratuita.

Segundo. Aunque la gracia es gratuita, también enseña una responsabilidad moral. La gracia nos enseña a negar la impiedad y a vivir una vida piadosa (Tit 2:11-14). Al vivir bajo la gracia significa debemos vivir una vida justa y santa (Ro 6-8; Ef 2:8-10). Los maestros de la gracia deben de enseñar las amonestaciones morales de la Biblia.

Tercero. Enseñar la gracia debe de motivarnos a vivir para Dios quien nos ha bendecido gratuitamente por Su gracia. Experimentar y entender la gracia de Dios debe generar un corazón de adoración y gratitud hacia Dios por Su regalo inmerecido (Ro 12:1-2; Ef 4:1).

Cuarto. Los que enseñan la gracia gratuita deben enseñar que los creyentes que pequen van a experimentar la disciplina de Dios. Como un Padre bueno y amoroso, Dios no deja que Sus hijos anden sin control (Heb 12:5-11).

Quinto. Aquellos que enseñan la gracia gratuita deben enseñar que cada creyente va a dar cuentas de su vida delante del Tribunal de Cristo en donde va a haber ambas consecuencias positivas y negativas. Cuando muramos o venga Cristo, cada uno va a encarar este ajuste de cuentas que tiene consecuencias eternas (Ro 14:10-12; 1 Cor 3:11-15; 2 Cor 5:10).

Los que enseñamos la gracia gratuita correctamente no enseñamos libertinaje o antinominanismo. Enseñamos que la gracia se da gratuitamente sin necesidad de nuestro desempeño. La gracia nos ha libertado de los requisitos de la Ley del Antiguo Testamento y nos ha puesto bajo la nueva ley de Cristo que cumplimos cuando vivimos por Su Espíritu. La gracia nos liberó pero no para servir a nuestros propios deseos pecaminosos, sino para servir a Dios y a los demás. Se puede abusar de la gracia - siempre existe este riesgo en la libertad - pero aquellos que hacen eso están invitando a la disciplina de Dios y a otras consecuencias negativas. Sin embargo, cuando apreciamos el gran precio que Dios pagó por nuestro regalo gratuito de la vida eterna - Su único Hijo - debemos tener un corazón de adoración y gratitud que nos lleve a la madurez espiritual y a una vida piadosa.