Las Recompensas para los Vencedores en Apocalipsis 2-3

Hay dos formas de ver las recompensas para los vencedores en los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis. En los Apuntes de Gracia anterior (no. 97 “¿Quiénes son los vencedores en Apocalipsis 2-3?”), se mostró cómo los vencedores podrían referirse a todos los creyentes que vencen al mundo a través de la fe inicial en Jesucristo como Salvador. Sin embargo, hay argumentos más fuertes de que estos son cristianos que soportan las pruebas fielmente después de creer. Las palabras traducidas “al que vence” significa “al que conquista” (un participio de nikaō). Jesús hace promesas especiales de recompensas a los creyentes que superan las dificultades. La frase recurrente “al que venciere” sugiere que Jesús no está haciendo promesas a cada persona en la iglesia, sino solo a ciertas personas. Aunque algunas recompensas son un poco enigmáticas, hay alguna evidencia bíblica que puede ayudarnos a interpretarlas.

1. Al vencedor en la Iglesia de Éfeso (2:1-7) La promesa dada en el versículo 7 es para aquellos en la iglesia que resistan a los falsos maestros y perseveren en las buenas obras. El que venza comerá del árbol de la vida en el paraíso. El paraíso evidentemente se refiere al futuro de todos los creyentes en la presencia del Señor. Aunque todos los creyentes estarán en Su presencia, solo los vencedores comerán del árbol de la vida. En Revelation 22:2 (Apocalipsis 22:2) muestra que comer del árbol es el privilegio especial de los que obedecen a Dios. La imagen de comer con la mención de la vida puede implicar que la recompensa es una mayor intimidad a través de la comunión con el Señor de la Vida.
2. Al vencedor en la Iglesia de Esmirna (2:8-11) En los versículos 10-11 se dan dos promesas a aquellos en la iglesia que son fieles en la persecución: la corona de vida y la promesa de que el vencedor no sufrirá daño de la segunda muerte. La única otra mención de la corona de vida muestra que es para aquellos que sufren fielmente a través de las pruebas ((Stgo 1:12) James 1:12). Denota una experiencia intensificada de la vida de Dios en este mundo y en el venidero, porque Dios es vida ((Juan 1:4;10:10b; 14:6) John 1:4;10:10b; 14:6). La promesa de no ser dañados por la segunda muerte se aplicaría a todos los creyentes. Sin embargo, se usa aquí como una garantía fuerte (usando una doble negación en el griego) de la seguridad eterna expresada en una figura retórica llamada litotes, que es una subestimación que afirma lo contrario en aras del énfasis (p. ej., “Llamó una ambulancia porque tenía un pequeño problema”, es decir, tenía un problema grave; o “Si recorres Israel, no te arrepentirás”, es decir, estarás encantado). Esta fuerte seguridad de que no habrá una segunda muerte enfatiza lo contrario: una fuerte experiencia de la vida eterna de Dios, o la corona de la vida.
3. Al vencedor en la Iglesia de Pérgamo. (2:12-17) En el versículo 17, al vencedor de la iglesia que no se compromete doctrinal o moralmente se le promete tanto el maná escondido como una piedrecita blanca con un nombre nuevo. El maná puede implicar la presencia íntima de Dios, porque en el tabernáculo, el maná se colocó dentro del arca en la cual habitaba Dios (Ex. 16:33-34; Heb. 9:4). Dado que el maná sustentó al pueblo de Dios en el desierto, también puede significar el sustento eterno de la provisión especial de Dios. La piedra blanca implica que es una piedra pura y preciosa. El color blanco sugiere pureza ((Ap. 1:14) Rev. 1:14) y una piedra blanca parece indicar un honor especial. El nuevo nombre escrito en la piedra solo lo conoce el receptor, lo que sugiere una intimidad especial con Cristo, el dador.
4. Al vencedor en la Iglesia de Tiatira (2:18-29) Las promesas al vencedor en esta iglesia son recompensas por no abrazar la falsa doctrina y la inmoralidad presente en la iglesia sino perseverar en la fe y las buenas obras. Jesús promete poder sobre las naciones y la estrella de la mañana (vv. 26-29). Sabemos que todos los creyentes gobernarán con Cristo, pero algunos tendrán mayor autoridad y proximidad a Él ((Mat. 19:28; 25:21, 23; Mar. 10:35-40; Lc. 19:16-19) Matt. 19:28; 25:21, 23; Mark 10:35-40; Luke 19:16-19). “Estrella” y “Estrella de la mañana” se usan a veces en el contexto de Cristo como Gobernante ((Núm. 24:17; Ap. 22:16) Num. 24:17; Rev. 22:16). Pero más que una promesa de posición es posible que esto implique que el vencedor tendrá una mayor experiencia de la gloria que es la de Cristo como la Estrella de la Mañana ((Dan. 12:3; 1 Ped. 1:19) Dan. 12:3; 1 Pet. 1:19).
5. Al vencedor en la Iglesia de Sardis (3:1-6) Existen unos pocos creyentes en la iglesia muerta de Sardis que no se han involucrado en la inmoralidad que los habría contaminado. En los versículos 5 y 6, Jesús hace tres promesas a cualquiera que supere esta corrupción. Lo vestirá de vestiduras blancas, su nombre no será borrado del Libro de la Vida (un registro de los salvos), y Jesús confesará su nombre ante Dios y sus ángeles. Las vestiduras blancas contrastan con las vestiduras contaminadas del versículo 4 y están asociadas con las acciones justas de los santos ((Ap. 19:7-8) Rev. 19:7-8). El que diga que sean dignos de andar con Cristo en vestiduras blancas (v. 4) debe de hablar de recompensas no de salvación, porque nadie puede ser digno de salvación. La frase “no borraré…” nuevamente usa litotes y una doble negación (cf. 2:11 y (Mat. 10:42) Matt. 10:42, “Ciertamente no perderá su recompensa”) para enfatizar la experiencia segura de la vida eterna y las recompensas del vencedor. Esto resalta la certeza de la tercera promesa de que el vencedor será grandemente honrado cuando Jesús le rinda tributo ante el Padre y los ángeles. “Confesar” implica reconocimiento ((Mat. 10:32-33/Lc. 12:8-9) Matt. 10:32-33/Lk 12:8-9).
6. Al vencedor en la Iglesia de Filadelfia (3:7-13) El vencedor en esta iglesia ha perseverado en guardar los mandamientos de Dios. En los versículos 12-13, se promete que el vencedor será hecho una columna en el templo de Dios y tendrá el nombre de Dios escrito en él. Como lugar donde mora Dios, el templo significa intimidad cercana con Dios. La promesa de ser una columna en el templo es un símbolo de fuerza, estabilidad y permanencia ((Gál. 2:9; 1 Tim. 3:15; Ap. 10:1) Gal. 2:9; 1 Tim. 3:15; Rev. 10:1).La permanencia también se denota con la frase “…no saldrá más”. El nuevo nombre de Dios escrito en el vencedor sugiere una identidad nueva y especial en el templo de la Nueva Jerusalén.
7. Al vencedor en la Iglesia de Laodicea (3:14-22) El vencedor en esta iglesia es el que abandona su apatía espiritual y renueva la comunión con Cristo. La promesa en el versículo 21 es que el vencedor se sentará con Cristo en Su trono. Esto no es simplemente estar en la presencia de Cristo, sino participar en el gobierno de Su reino ((Mat. 19:28) Matt. 19:28). La recompensa es para aquellos que superan sus pruebas, así como Cristo lo hizo, para poder sentarse con el Padre en Su trono. Esto sólo podría hablar de recompensas ganadas, no del regalo de la salvación.

Conclusión

Los vencedores en estas siete iglesias son creyentes que enfrentan pruebas únicas para cada una de estas iglesias del primer siglo. Superar las pruebas para obtener recompensas no es lo mismo que creer en Cristo para la salvación. El énfasis en las obras y la perseverancia nos señala las recompensas, no la salvación, que es por gracia inmerecida. Hay relevancia para los creyentes de hoy también. Se nos recuerda que las elecciones que hacemos en esta vida tendrán consecuencias en nuestra próxima vida en la eternidad. Jesucristo recompensará por toda la eternidad a los creyentes que perseveren en la fidelidad y las buenas obras.